Subo al autobús y
dejándome caer en el asiento, subo la música que llevó para que me aísle del
resto del mundo. Mis ojos se pierden en el paisaje que hay más allá del
cristal, subiendo y bajando las montañas, recorriendo los caminos sin ver donde
acaban.
Me dejó transportar por la brisa que, perezosamente mueve las nubes y me
pregunto si tú cabalgas sobre alguna. Si me ves desde arriba, si observas mis
pasos, si en sus caprichosas formas me dejas algún mensaje