
Se acercó a él sibilina, le rozó el pecho con la mano, le acarició con una de sus alas y le quemó por un segundo
-Todo lo que quieres te lo puedo dar
-¿Y el precio?
Ella sonrió mostrando sus colmillos
-Es pequeño en comparación de lo que te puedo otorgar
Lo pensó, la miró, se perdió en sus curvas, en el calor de sus alas.
Se levantó y se dirigió a la ventana de la torre, observó la ciudad a sus pies.
Quería gobernarlos, quería tener sus vidas en sus manos, quería ser temido, odiado, deseado y envidiado...¡¡ella se lo daba!!
-Pero es que el precio...
-Sólo es un corazón y ni siquiera es el tuyo, destrozalo, aniquilalo, despedazalo...haz que caiga en la culpa, en la tristeza, en la agonía de no tenerte ¡y todo será tuyo!
Con sus últimas palabras la catedral entera vibró
Volvió de nuevo su mirada al exterior y se perdió en el brillo de la luna, ella estaría mirándola...¿podría destrozar el corazón de la única persona que la había amado de verdad?
Imagen tomada de la red
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