viernes, 8 de abril de 2011

Una nueva era

"Aparecerán volando en las alturas círculos de luces, trayendo seres extraños de otros planetas. Sí, serán los que vinieron a poblar la tierra se dirá, y se dirá bien. ¡Sí! Los que se llamaron ángeles en el antiguo Testamento, ó la voz de Jehová, serán y de nuevo se les verá y se les verá y se les escuchará." (Parravicini, 1938)

Nos creíamos dioses, casi seres inmortales con la tecnología que habíamos creado, los grandes logros en medicina y ciencia…sí, nos creíamos los dueños del mundo, de nuestro destino, de nuestras vidas.

Llegamos a pensar que nadie estaba por encima de nosotros y entonces…entonces ÉL nos recordó que no éramos nada.

Durante los primeros ocho minutos perdimos algunos satélites que se estrellaron contra la Tierra destruyendo lo que había a su paso, matando a centenares de personas pero sólo era el principio del fin de nuestra existencia tal y como la conocíamos. Las radiaciones solares que vinieron después acabaron con la capa de ozono, dejándonos a merced de quemaduras extremas en la piel en algunos puntos del planeta. Evaporaron nuestras existencias de agua, los mares perdieron más del 40% de su agua en esta fase.

Las radiaciones aniquilaron nuestros circuitos eléctricos, los reactores nucleares comenzaron a explotar y expulsar radiación al exterior, matando toda la vida que se encontraba a su alrededor…Chernóbil o Japón fueron un juego de niños en comparación.

El caos y la desesperación se apoderó de nosotros, grandes revueltas se dieron en las ciudades, vecinos contra vecinos intentando apoderarse de los pocos víveres que había en las grandes superficies, daba lo mismo matar a alguien, lo importante era abastecerse de víveres y agua…no sabíamos si podríamos seguir pensando que lo tendríamos mañana. Las ciudades se convirtieron en una guerra sin cuartel.

Pasados unos días seguíamos sin electricidad y comunicaciones, nuestros científicos iban contrarreloj para intentar calmar a la población.

Poco a poco se restableció una electricidad básica que duraba unas pocas horas al día y la única comunicación era a través de la tv, donde pudimos ver como nuestros políticos nos pedían calma y fe.

Con el tiempo supimos que algunas zonas del planeta (Francia, Reino Unido o la mitad de Estados Unidos) se habían vuelto no habitables por la radiación extendida y otras (Nueva Zelanda o Islandia) por la falta de la capa de ozono.

Y entonces aparecieron…nuestros cielos se llenaron de naves, haciéndonos recordar viejas películas y series, cuando aparecieron ante nuestros ojos pudimos reconocer viejos dioses de civilizaciones pasadas, dioses venerados en África, dioses a los que nuestros antepasados habían rezado y limpiaron nuestro aire, nuestros mares y con ellos llegó una nueva era.

Aquel 21 de Diciembre de 2012 nuestro final había llegado pero renacimos el 14 de Octubre de 2020 gracias a los Dioses.