—¡¡¡Esto está frío!!!!—se oyó un grito seguido por
el ruido al estrellarse el plato contra la pared—¡¡¡Bien sabes que no soporto
la cena fría!!!
—Lo…lo siento—susurró ella mientras recogía el
plato—estuve bañando a la niña y…
—¡¡Perra!! Siempre tienes una excusa para no
atenderme como debe hacerlo una esposa
Levantó el puño para dejarlo caer sobre su cara.
—¡¡No regañes a mamá!!—la niña estaba en el quicio
de la puerta abrazando a su pequeño oso de peluche—Le pedí que me ayudara en el
baño…el agua me salía fría y no sabía como...
—¡¡No aprenderéis ninguna!! ¡¡Os tengo que enseñar
a palos!!
Vio como su marido se acercaba amenazante a su
pequeña…un segundo, sólo un segundo bastó para ver que ya no iba a ser sólo
ella la que recibiera las “lecciones”.
Un segundo le bastó para levantarse y tomar el
cuchillo de la mesa.
Un segundo bastó para que se lo clavara en el cuello.
Un segundo fue suficiente para que él comprendiera
que sus “lecciones” no habían dado su fruto y esas dos perras se habían
revelado.