sábado, 23 de octubre de 2010

Opio


Me encontré rodeado de la niebla de humo provocada por los fumadores, mis ojos acostumbrados a la oscuridad examinaban los rostros de los soñadores, hasta que me encontré con sus ojos verdes.
Se encontraban vidriosos y perdidos en un mundo de sueños creados por la adormidera, seguía siendo aquella niña de 12 años de la que me enamoré, aquella niña que quería ser mujer antes de tiempo y que había perdido, entre mundos soñados, hacía 3 años.
Acaricié su rostro y en su sueño buscó de donde venía la caricia, me observó sin verme, sonrió y la tomé en mis brazos, ¡era tan ligera!
—Todo saldrá bien, mi amor—le susurré.
—No…todo está perdido—me dijo llorando—yo ya estoy perdida y quiero seguir estándolo.

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